“Sonetango” 

Num palco suburbano ou num bordel,

Num café parisiense ou na Argentina,

Casais dançavam à luz da lamparina,

Sob o encanto do canto de Gardel.

Enlaçados qual rimas de cordel,

Volteavam no salão, ao som platino,

Guiados pelo exímio dançarino

Que tangava na terra de Ravel.

Aos acordes de "El día que me quieras",

A memória revê um tempo mágico

E a saudade me vem como companheira.

É como se dançasse a vez primeira,

A escutar um bandoneón em tom nostálgico,

No abraço e no compasso da parceira.

(Carlos Alberto de Assis/PE)

(Tango – 1928)

Letra: V.Soliño / Roberto Fontaina                                               Música: Edgardo Donato

Te besé y te cabriaste de tal manera

que te pusiste hecha una fiera.

Y hasta quisiste, sin más motivo,

darme el olivo por ser audaz.

Total no es para tanto, no ves que estaba "colo".

Pensá que fue uno sólo y al fin te va a gustar.

No digas que no, que cuando sepas besar, dando la vida

serás tu quien me pida y sé qué me dirás.

Bésame, que no me enojo, bésame, como en el cine.

Un beso de pasión, que al no poder respirar, me detenga el corazón.

Bésame, negra querida, el alma dame en un beso

que me haga estremecer la sensación de ese placer.